La sede de la AMIA es un centro de la comunidad judía localizado en la Ciudad de Buenos Aires. El 18 de julio de 1994 fue objeto de un atentado a través de un coche bomba. Se trató del mayor ataque terrorista de la historia argentina, con un saldo de 85 personas muertas y 300 heridas.

Para conmemorar el séptimo aniversario del atentado, me fue encargada una campaña que comunique la reconstrucción del edificio de la AMIA, con todas sus áreas trabajando al 100%. 

“La AMIA resurgió transformada en algo mejor y la idea para transmitirlo es tomar los escombros del edificio demolido por la explosión y transformarlos en obras de arte”

Esto fue lo que tenía escrito en un anotador y cuando se lo conté a mi director creativo, sus ojos se iluminaron, golpeó las manos y dijo “vamos con eso a hablar con el cliente”

Y como la onda expansiva de una bomba, todo se fue dando rapidamente.

24 escultores prestigiosos se sumaron. Con ellos subidos a un camión grúa fuimos al borde del Río de la Plata, lugar donde estaban depositados los escombros del viejo edificio. Los escultores eligieron los pedazos sobre los que trabajarían.

El Centro Cultural Recoleta (importante centro de exposiciones de Buenos Aires) cedió el espacio. Todos los canales de televisión cubrieron el evento. La obras fueron terminadas a la vista de las personas que se acercaron. Luego se trasladaron como donación al Museo del Holocausto.